Experimentos curiosos

Azúcar que calma el dolor
Vachon-Presseau et al., (2018) realizaron un experimento con 63 sujetos mayores de edad que padecían dolores lumbares crónicos.
De estos sujetos, 20 no recibieron tratamiento y 43 tomaron una píldora del azúcar lactosa pensando que era un fármaco real que aliviaría su dolor.
Durante 8 semanas se registró el grado de dolor de los sujetos y se vio que los que habían tomado la pastilla de azúcar percibían menos dolor.
Este es uno de los muchos ejemplos de cómo las expectativas actúan en nuestro organismo incluso consiguiendo aliviar dolores reales. Por ello una simple "pastilla de azúcar" es capaz de aliviar el dolor crónico.
Suicidio con azúcar
Un joven trató de suicidarse tras romper la relación que mantenía con su novia y decidió tomar 29 pastillas que tenía en su casa con el objetivo de morir. Sin embargo, cuando comenzó a sentir verdadero dolor se arrepintió de sus actos y decidió ir al hospital. Los médicos analizaron sus síntomas: temblores, presión sanguínea muy baja y respiración prácticamente inexistente. Los especialistas hicieron las intervenciones necesarias en un caso de intoxicación, pero el joven no mejoraba.
Los resultados del examen toxicológico no mostraban un envenenamiento tóxico. Esto fue así porque en realidad las pastillas que se había tomado eran de azúcar: el joven estaba participando en un ensayo clínico de un nuevo fármaco y sus pastillas eran de placebo (el chico estaba dentro del grupo de placebo de dicho ensayo, pero él no lo sabía).
Aunque el chico pensó que había tenido una verdadera sobredosis, en realidad se trataba de una "sobredosis de placebo", lo que dio lugar a la aparición del efecto nocebo. (Kirsch y Punset, 2012)
Charla en la que se habla del efecto placebo, píldoras de azúcar "efectivas" como tratamiento y un par de trucos.
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Radiacciones Wi-Fi.
Witthöft y Rubin (2013) pusieron de manifiesto el efecto nocebo en un experimento realizado a 147 sujetos a los que les informaron de que iban a estar expuestos a radiaciones debido a la instalación de un Wifi.
Dividieron a los sujetos en dos grupos: a uno de ellos se les mostraba un vídeo acerca de los síntomas que podían sentir debido a las radiaciones a las que se podrían ver expuestos tras la instalación; mientras que, al otro, simplemente se les mostró un vídeo informativo acerca de cómo hacer más seguras sus contraseñas de Internet.
Realmente nadie estuvo expuesto a ninguna radiación, ya que no fue realizada ninguna instalación. A pesar de esto, el 54% de las personas que vieron el vídeo acerca de síntomas de radiación, aseguraron haber padecido esos síntomas.
Este resultado se debe a las expectativas que nos creamos a través de la información.
Dermatitis
Ikemi y Nakagawa (1962) hicieron creer a un grupo de 57 niños con dermatitis que se les pondría en contacto con una planta a la que eran alérgicos en un brazo y a otra a la que no eran alérgicos en el otro brazo.
El 89,5% de los sujetos presentaron una reacción alérgica en el primer brazo. No obstante, a ninguno se les había puesto en contacto con una planta que les fuera a hacer reacción: las expectativas fueron las causantes de la respuesta del sistema inmunitario.

Beneficios del ejercicio
Crum y Langer (2007) analizaron la percepción sobre el ejercicio físico realizado y su influencia en los efectos beneficiosos que tiene sobre la salud. Para ello, analizaron las creencias de un grupo de trabajadoras "Kellys" (limpiadoras) ya que en su trabajo suelen tener un nivel de actividad física alto.
Se les preguntó si consideraban que realizaban ejercicio de forma regular o no. Después se observó que solo aquellas que realmente creían que realizaban una gran actividad física presentaban los beneficios que el ejercicio conlleva.
Este es uno de los muchos ejemplos de cómo nuestras expectativas producen cambios en nuestro organismo: el denominado efecto placebo.
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Charla sobre el efecto placebo (en inglés, subtitulada) y sobre el "mindset" ("configuración mental") y sus consecuencias. Encontrarás varios experimentos, entre ellos el de las limpiadoras, relacionados con diversos temas: ejercicio, dietas, estrés y medicina.

Sin cirugía
Un suceso realmente curioso, aunque sea un suceso aislado, es el ocurrido en un experimento en el que participó un famoso cirujano llamado Bruce Moseley.
Moseley et al. (2002) seleccionaron a 180 personas con osteoartritis de rodilla, que fueron divididas en 3 grupos: 2 experimentales sometidos a diferentes técnicas quirúrgicas y un grupo placebo al que se le hacía una incisión, pero no una cirugía.
Tras un seguimiento de dos años de todos los pacientes, se vio que ningún grupo mostró diferencias significativas en cuanto a la mejoría de su enfermedad tras la intervención. El grupo que no había sido intervenido quirúrgicamente mostró una mejoría similar a la de los demás.
Tal fue el asombro del doctor Moseley que afirmó que su habilidad como cirujano no había supuesto mejoría, sino que el beneficio se había debido al efecto placebo.
Sin anestesia

Wolf (2018) narra como en la Segunda Guerra Mundial, un cirujano llamado Henry Beecher se vio envuelto en una operación muy importante para la que no tenía morfina para administrar al paciente. Temía que esta operación acabase en un colapso circulatorio debido a la falta de anestesia.
Al ver la situación, su enfermera preparó una inyección y se la administró al paciente. Tras esto, la operación fue sobre ruedas y el paciente no mostró ningún dolor.
Este paciente realmente pensaba que había sido anestesiado, lo que no sabía era que la inyección que se le administró simplemente se trataba de una solución salina.
Gracias a esto, Beecher comenzó a estudiar el efecto placebo, convirtiéndose en un pionero en este campo.

Suprimir la fobia a las arañas.
Estudios de seguimiento ocular (Gremsl., Schwab, Höfler y Schienle, 2018) han revelado que los pacientes con fobia a las arañas muestran un patrón típico de hipervigilancia y evitación cuando se enfrentan a imágenes de arañas.
En este experimento se investiga si este patrón se puede cambiar mediante un tratamiento con placebo. Para ello se basa en el seguimiento ocular de 37 mujeres con fobia a las arañas. Estas miraron pares de imágenes (una araña emparejada con una imagen neutra) en un diseño de reexaminación: una vez con y una vez sin una píldora de placebo, la cual se presentó con la sugerencia verbal de que puede reducir los síntomas de la fobia.
El placebo fue etiquetado como Propranolol y ha sido utilizado con éxito para tratar la fobia a las arañas. En la condición del placebo, tanto el recuento de fijación como el tiempo de permanencia en las imágenes de araña aumentaron, especialmente en la segunda mitad del tiempo de presentación. Esto se asoció con una ligera disminución de la gravedad de los síntomas autoinformados.
En resumen: se pudo mostrar que un placebo puedo influir positivamente en la evitación visual en la fobia a las arañas. Este efecto podría ayudar a superar la aprehensión de participar en la terapia de exposición, que está presente en muchos pacientes fóbicos.
Documentales
A continuación encontrarás documentales, vídeos o programas de radio en los que se explica más detalladamente las características del efecto placebo y del efecto nocebo. En estos archivos hay tanto explicaciones de dichos fenómenos como ejemplos de sus usos y de sus efectos.
A lo largo del Blog encontrarás muchos otros archivos audiovisuales que te serán útiles a la hora de comprender y profundizar en este tema (por lo general más cortos y concisos que los que encontrarás en este apartado).
Documental sobre el efecto placebo.
Documental sobre el efecto nocebo.
Explicación de ambos efectos y ejemplo de un experimento en el que se reflejan los dos.

Pequeño fragmento de un programa de radio sobre experimentos relacionados con el efecto nocebo. Haz clic aquí.